Turquía, que
no participó en Eurovisión 2013, no emitió la final del certamen, supuestamente
por el beso lésbico de la cantante finlandesa
Ha
transcurrido un siglo entre el Festival de Eurovisión 2013, en el que la
representante de Finlandia acabó su intervención besándose con una de las
bailarinas, y la película norteamericana Florida
Enchantment (1914), el primer documento gráfico del que se tiene constancia
en el que aparece un beso entre dos mujeres. Podría parecer que han cambiado
muchas cosas a lo largo de estos cien años, y ciertamente el mundo ya no es el
mismo, pero, lamentablemente, hay ciertos ámbitos que se resisten al cambio, uno
de los cuales es la aceptación de la diversidad sexual y de la libertad de las
mujeres para escoger cómo quieren vivir su vida. Quizá por eso, a raíz de la
canción finlandesa, titulada Merry me
(Cásate conmigo) Turquía decidió no emitir la
gala de Eurovisión.
A lo largo de la última centuria, los besos entre mujeres han salpicado el mundo del cine gracias a directores atrevidos y a actrices transgresoras como Marlene Dietrich, Greta Garbo o Shelley Winters durante la primera mitad del siglo XX y a otras más cercanas a nuestros días como Catherine Deneuve, Susan Sarandon o Sharon Stone. En el Estado español, como en casi todo, este tema también llegó con cierto retraso en relación con Europa y el resto del mundo, y no fue hasta 1977, dos años después de la muerte del dictador, cuando dos iconos eróticos de la época del “destape”, Bárbara Rey y Rocío Dúrcal, protagonizaron las primeras escenas lésbicas explícitas del cine español en la película Me siento extraña, que reventó las taquillas durante el primer año de proyección en los cines. A partir de aquella película, Rocío Dúrcal no volvió a actuar y se concentró en la canción, y más de treinta años después, en el año 2010, Bárbara Rey recibió, todavía a raíz de aquel film, el premio honorífico del IV Festival Internacional de cine gay y lésbico de Andalucía.
Palma de Oro para una película lésbica
Por suerte, sí
que avanzamos en el tema de la diversidad sexual, aunque a veces nos parezca
que no. Buena prueba de ello es que la película La vie d’Adèle, que explica una historia de amor entre dos chicas,
ha ganado la Palma de Oro en el 66º Festival de Cine de Cannes. Según dicen, la
película incluye escenas de sexo lésbico muy largas y muy bien realizadas. Y para
colmo, es una película francesa, toda una paradoja si tenemos en cuenta las
recientes manifestaciones en París contra el matrimonio entre personas del
mismo sexo. De momento, el presidente Hollande resiste, esperemos que por mucho
tiempo.
Entre
Eurovisión y Cannes, 2013 está siendo un año bastante positivo para las
lesbianas, y lo será más aún cuando se estrene Carol, una película made in
Hollywood basada en la novela del mismo título de Patricia Highstmith y
protagonizada por Cate Blanchett.
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